Superando el sufrimiento emocional

Por María Teresa González Osorio (psicóloga & Coach sistémica)

¿Es lo mismo el dolor que el sufrimiento? ¿En qué se diferencian? ¿Cómo afrontar el sufrimiento emocional sin morir en el intento? Te dejo algunas claves para llegar a conocer todas estas respuestas.

El sufrimiento emocional es una experiencia muy dolorosa e incómoda que nos hace sentir tristes, desesperados, angustiados o ansiosos. Sus causas son múltiples. En este sentido, es importante que entendamos que el sufrimiento emocional muchas veces nace fruto de resistirnos al dolor natural por una pérdida (u otra circunstancia).

Quisiera aclarar que dolor y sufrimiento son dos experiencias distintas. El dolor es inevitable. El sufrimiento es optativo y resulta cuando nos resistimos al dolor

¿Cómo afrontar el sufrimiento emocional?

¿Es posible afrontar el sufrimiento emocional y suavizarlo? ¿De qué manera? Te comparto algunas ideas claves para empezar a trabajar en ello.

  1. Reconocer y aceptar nuestros sentimientos. A la hora de afrontar el sufrimiento emocional es importante, primero de todo, identificar y reconocer ese sufrimiento. ¿Cómo me estoy sintiendo? ¿Qué se manifiesta en mi cuerpo? ¿Y en mis pensamientos? De nada sirve negar o resistirse a lo que uno siente, porque esto, tarde o temprano, vuelve a surgir. Es decir, no podemos huir de ello, por mucho que intentemos hacer mil cosas “para no pensar”, evadirnos, etc. Y una vez lo tengas identificado, ponle nombre, afróntalo.
  2. Diferenciar entre dolor y sufrimiento. Es importante aquí, como ya veníamos indicando, diferenciar entre dolor y sufrimiento. El dolor es un proceso muchas veces natural (y adaptativo), fruto de alguna situación vivida (como por ejemplo un pérdida, un duelo); en cambio, el sufrimiento muchas veces implica regodearse en ese dolor, o incluso no querer afrontarlo. Así, resistirnos al dolor es un actitud que con frecuencia da origen al sufrimiento.
  3. Entender qué origina ese sufrimiento. El siguiente paso a la hora de afrontar una situación que nos genera sufrimiento es, precisamente, entender qué es lo que nos está ocasionando dicho sufrimiento. Quizás nos ha ocurrido algo muy específico que podemos identificar, y que es lo que nos está causando ese sufrimiento. Por ejemplo: una pérdida, una gran decepción. Quizás llevamos una época realmente mala, se nos han acumulado las malas experiencias, no hemos afrontado aquello que teníamos que afrontar, hemos silenciado emociones, etc. Sea como sea, bajar la velocidad y reservar tiempo para el análisis te permitirá ser más certero a la hora de identificar el origen de estas emociones.
  4. Iniciar un proceso psicológico. La meta de empezar con el proceso psicoterapéutico puede estar rodeada de obstáculos. ¿Por qué? Porque se trata de una decisión valiente en la que nos enfrentamos a nuestros miedos, defensas y resistencias. Sin embargo, muchas veces, cuando el sufrimiento emocional nos resulta insoportable, es la mejor opción para empezar a abordar lo que nos está ocurriendo.

Sin embargo, tampoco hace falta sentir que “estamos en el pozo” para pedir ayuda, es decir, no hace falta llegar a niveles altísimos de sufrimiento para pedir apoyo profesional.

Por otro lado, una vez empiezas terapia, es probable que te des cuenta de lo siguiente: y es que había muchas cosas en tu vida (o de ti mismo) que te estaban haciendo daño, y lo podías intuir, pero no manejar con claridad; la terapia sirve para arrojar un poco de luz a estas cosas, darles su sentido, comprenderlas y empezar a construir con ellas un camino de autodescubrimiento y paz interior.

No estás solas, no estás solo, si necesitas apoyo, cuenta conmigo, aquí me puedes contactar.

 

Leave a Reply