Conociéndote a tí misma(o)

Muchos filósofos y místicos han insistido en que el autoconocimiento es una de las tareas vitales del ser humano; saber quiénes somos nos conduce a reconocer nuestras virtudes, nuestras limitaciones, nuestra misión en la vida. Sócrates enunció: “Conócete a tí mismo”. Ello implicaba la búsqueda de la verdad, el conocer nuestra esencia y el tener consciencia mediante el despertar de nuestros sentidos.
2400 años después de estos principios socráticos, la psicología reafirma la importancia del autoconocimiento como base para la autoestima, como manera de entender el universo tanto exterior como interior y, de esta manera decidir mejor sobre nuestros actos y pensamientos. Al conocernos, es posible equilibrar el cuerpo y alma y llegar a alcanzar la paz interior. Conocernos además puede favorecer la adaptación a nuestro entorno y unas relaciones más sanas y satisfactorias.
El escritor José Luis Sampedro escribió: “Sólo me aclaré y reconstruiré como lo hice siempre: escribiendo al impulso de la necesidad. No tanto la de demostrar mi mundo a los demás cuanto la de descubrírmelo a mí mismo, para vivir en total plenitud lo que estoy viviendo”.
escritura

¿Cómo conocerse a sí mismo(a)? Hay diferentes métodos, terapias, estrategias. Yo quiero compartir la Escritura autobiográfica, como un medio eficaz de indagar sobre nosostros mismos(as), ya que la escritura conecta emoción/razón, cuerpo/espíritu/, sensación/lógica. La escritura puede ayudarnos a tomar sana distancia sobre nuestro pasado, a reconocer las personas que más han influido en nuestra historia, sobre los acontecimientos que nos han marcado, sobre nuestras preferencias y deseos, sobre nuestros límites y capacidades, sobre nuestros propios debates internos, y sobre nuestro presente y nuestra proyección ideal futura.
Con la escritura autobiográfica, el propio escritor(a) se convierte en terapeuta de sí mismo(a). El yo frente al yo desnudo, para aprender a quererse y a amar el mundo, además hace que se nos revelen aspectos profundos que no imaginamos de nosotros(as) mismos(as). “En nuestro enmarañado mundo interior, la palabra alumbra nuestra esencia y calma el ruido”. Te invito a que a través del papel escribas un poema con la palabra SOY. Olvídate de la rima y del buen arte de escribir. No busques la perfección literaria, lo que importa es que te dejes fluir espontáneamente y que puedas sacar a la luz aspectos desconocidos de tí mismo(a). A manera de ejemplo está lo que Lucía Capachione escribió: Soy una mujer/ Que una vez eligió albergar el dolor,/Que después optó por enterrar su pena/ Y que después Anduvo desde los cementerios hasta el mar/Soy una mujer que ha asumido el riesgo/De dejarse llevar por la marea/De ser arrastrada por las olas/De nadar, flotar, navegar/Soy una mujer que tiene opciones. Otro ejemplo es el de Octavio Paz: Soy un hombre: duro poco/Y es enorme la noche./Pero miro hacia arriba/Las estrellas escriben/ Sin entender comprendo:/también soy la escritura/y en este mismo instante/alguien me deletrea.
Y tú ¿Quién eres?