Encontrando la paz en la relación con el mundo

Le pedí a un amigo que compartiera sus reflexiones y su sabiduría.  Con gusto lo publico ahora para todos ustedes, esperando saboreen las palabras de Juan Carlos.

Encontrando la paz en la relación con el mundo

Por Juan Carlos Acuña García

Psicoterapeuta. Actualmente radica en Oaxaca, México.

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Suena un poco increíble el título de este texto cuando a diario vemos y escuchamos sobre una serie de eventos violentos entre las personas de nuestro planeta. Así, ¿cómo encontrar la paz precisamente en mis relaciones? ¿No sería más fácil encontrar la paz en la montaña, rodeado de un lindo paisaje, meditando solo todo el día?
Dice un gran monje vietnamita, Thich Nhat Hanh, que “No hay un camino para la paz, la paz es el camino”. Esto parece significar que no hay nada que podamos hacer para encontrar la paz, sino que viviendo desde la paz es como precisamente encontraremos la paz. Suena interesante, pero ¿cómo se le hace para vivir desde la paz? ¿Y cómo vivir desde la paz en nuestras relaciones?
¿Has tenido algún momento donde te sientes totalmente en paz y sereno/a? No es algo de afuera lo que permite que surja esa paz en ti. Es algo que viene de dentro de ti. Cuando te sueltas, cuando dejas de tener expectativas de cómo debería ser la vida o tal persona o tú; cuando dejas de juzgarte o de juzgar a otros/as; cuando dejas de preocuparte por el futuro; cuando estás totalmente presente en el aquí y ahora; cuando escuchas con tu corazón, con tu esencia. Cuando suceden estas cosas te conectas, te conectas con el atardecer, con la esencia de ese ser humano, de ese gato, con tu propia esencia, con el misterio de la vida. Y entonces es como si llegaras a casa, como si siempre hubieras estado ahí y no te hubieras dado cuenta. Y en realidad no es que te conectes, o que construyas esa conexión. La conexión ya está ahí, ahí ha estado siempre. El nuevo modelo de la física cuántica está proponiendo que todo el universo está interconectado. Han descubierto que no se pueden aislar totalmente las partículas más minúsculas para observarlas, que su comportamiento está influenciado por otras partículas y por el propio observador. Así, -dicen- realmente vivimos en una red, el cosmos es una red viva donde todo está conectado con todo. Entonces, lo único que tenemos que hacer es percibirla. Precisamente cuando no percibimos esa conexión, nos sentimos solos/as, nos sentimos solos/as de nosotros/as mismos/as, pues nos identificamos sólo con nuestra personalidad, nuestro ego. Por el contrario, cuando logramos conectar con el otro, con la otra, podemos empatizar, entender profundamente lo que le pasa y entonces deja de ser nuestro enemigo/a, deja de ser la persona que me lastimó o que no me quiere dar lo que yo necesito; se convierte en una persona igual que yo, con los mismos miedos, los mismos anhelos, las mismas emociones. Y entonces nos damos cuenta que no estamos solos, que la distancia entre los/as dos no nos separa, sino que nos da el espacio necesario para ser nosotros/as mismos/as.
¿Cómo entonces percibir esa conexión? Cuando nos sentimos desconectados, solos, solas, nos sentimos muy vulnerables e inseguros/as, por lo que intentamos controlar nuestro alrededor, lo que nos da la falsa ilusión de seguridad y nos aleja de la sensación de soledad. Esto, sin duda alguna, nos aleja aún más de poder percibir nuestra conexión, y sin embargo es lo que generalmente hacemos.
Así pues, ¿cómo hacemos para soltarnos, para dejar los juicios y las expectativas, los miedos? La mente, tiene su propia vida. No podemos forzarla a no emitir juicios, a no preocuparse o dejar de esperar cosas. Lo que sí podemos es poner nuestra atención en algo diferente. Podemos poner nuestra atención en el momento presente, en lo que está pasando en cada momento.