¿Qué nos ayuda a crecer?

Por María Teresa González Osorio

En no pocas ocasiones la vida se vale de distintos medios, algunos de ellos bastante duros y dolorosos, para ayudarnos en el aprendizaje, para encauzar nuestra vida hacia el objetivo deseado.
Estos medios, en la mayoría de las veces, los miramos con temor, y son: la equivocación, el miedo, el dolor, la enfermedad, la culpa, la rabia, el resentimiento o la muerte.
Si pudiéramos elegir, sin duda los eliminaríamos de nuestras vidas, y de hecho vivimos de espalda a ellos, pensando que si los ignoramos no existen. Nos tapamos los ojos para no verlas o ante su presencia escondemos la cabeza.
Sin embargo, a la vuelta de la esquina pueden estar ahí y debemos estar preparados para aceptarlos y sacar el máximo provecho de ellos.
Las equivocaciones son el medio o la herramienta que nos indica aquellos aspectos que requieren nuestra atención para mejorar. Sin embargo, en muchas ocasiones, los errores únicamente sirven para culpabilizarnos, desanimarnos y sentirnos fracasados antes de tiempo. Necesitamos utilizar las equivocaciones para nuestro provecho ya que a través de ellas podemos ver cuáles son los aspectos que son susceptibles de mejorar y aquellos que realmente funcionan. Felicitémonos por estos últimos e intentemos analizar y corregir los primeros.
Eludir las situaciones en las que podamos cometer errores significa que no estamos arriesgando lo suficiente y que por tanto no nos estamos exigiendo lo bastante en nuestro crecimiento personal. Quizás el evitar estas situaciones en las que somos susceptibles de equivocarnos sea el mayor error que podamos cometer en nuestras vidas.
Es inevitable que ante estas situaciones nuevas e imprevisibles sintamos miedo, temor al fracaso. Este miedo es otra de las herramientas de las que dispone la vida para ayudarnos en nuestro aprendizaje.
El miedo y la excitación forman las dos caras de una misma moneda. Mientras una de ellas tiene una connotación negativa la otra la tiene positiva. El miedo y la excitación nos sirven para poner todos nuestros sentidos en guardia ante una nueva situación que requiere toda nuestra energía y nuestra atención.
Aprender a utilizar nuestro miedo de manera positiva es uno de nuestros mayores retos para conseguir nuevas metas. Es suficiente una sola experiencia en la que seamos conscientes de que hemos traspasado la barrera para convencernos a nosotros mismos de lo excitante y maravilloso que es haber vencido nuestros temores y limitaciones.