¿Tienes el Síndrome de Alienación Parental?

Por María Teresa González Osorio (Psicóloga).

Se le conoce a este síndrome (SAP) -por sus siglas- como al conjunto de síntomas, que se produce en los hijos, cuando ya sea la madre o el padre, transforma la conciencia de los niños con objeto de impedir, obstaculizar o destruir los vínculos con el otro progenitor. Esta situación es frecuente en parejas tras un divorcio o separación de una relación violenta. Los hijos/as se encuentran alienados, es decir, están bajo la influencia o dominio psicológico de uno de los progenitores o de ambos.

¿Qué hace el progenitor alienador? A través de distintas estrategias desprestigia, desacredita a su expareja frente al hijo/a con el fin de que éste odie al progenitor alienado. Este odio patológico injustificado que el hijo/a experimenta, tiene consecuencias graves en su desarrollo, entre ellas: depresión crónica, sentimiento de culpabilidad, aislamiento, baja autoestima, hostilidad, desorganización cognitiva, personalidad esquizofrénica, incapacidad de funcionar en un ambiente psicosocial normal, trastorno de identidad, llegando incluso al suicidio. Y en la vida adulta pueden ser proclives al alcohol o/drogas y a dearrollar trastornos psiquiátricos serios.

Inducir a un hijo/hija a un síndrome de alienación parental es una forma de maltrato.

La Convención sobre los Derechos de los Niños (Artículo 9) establece que “Los Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno o de ambos padres a mantener relaciones personales y en contacto directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño”. En este sentido, el divorcio o separación pone fin a una relación de pareja, mas no así a las relaciones familiares por lo que la convivencia entre padre/madre e hijos/hijas no debe verse afectada.

Criterios de Identificación

Diversos estudios demuestran 4 criterios para identificar la Alienación Parental:

a) Obstrucción a todo contacto: El progenitor alienador impide el contacto de los hijos/hijas con el otro progenitor. El objetivo es excluirlo de la vida de los hijos.

b) Denuncias falsas de abuso: el más grave que se invoca es el abuso sexual. Ocurre en la mitad de los casos de separación problemática, especialmente si los hijos son pequeños.

c) Deterioro de la relación desde la separación: El hijo/hija alienado(a) mantiene una relación de desconfianza hacia sus progenitores, producto de una percepción falsa.

d) Reacción de miedo por parte de los hijos: El hijo/hija puede mostrar reacciones de miedo, desagrado o de estar en desacuerdo con el progenitor alienador. Pero por miedo al rechazo o abandono del progenitor alienador hace un pacto interno de lealtad a éste.

Los hijos/hijas no son objetos ni instrumentos que se puedan usar como venganza contra la expareja; de ser así, se estarán formando seres infelices, con profundo resentimiento que, en su adultez repetirán el patrón vivido y aprendido en esta etapa termprana de su vida. Ante estos signos de alerta, es necesario buscar ayuda psicológica para apoyar al infante a recuperar el amor a sí mismo y reestablecer el lazo de amor, lazo que todo hijo e hija necesita para su desarrollo emocional y madurez.

 

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