Hace no mucho tuve la oportunidad de asistir al Taller: “El manejo y sanación de la vergüenza y humillación en psicoterapia”, impartido en Murcia, España, por Rakasa Lucero , reconocida psicoterapeuta y maestra a nivel internacional.
Colegas de diferentes partes de España nos dimos cita no sólo para aprender técnicas de psicoterapia, sino para reconocer y sanar nuestros propios sentimientos de vergüenza que todos hemos experimentado alguna vez.
Aliviar los estados emocionales dolorosos es un camino para la autoliberación y felicidad. Rakasa nos comparte que “Cuando más hemos conocido el entusiasmo y la alegría, más profundo puede ser la vergüenza, ya que ésta ha sido utilizada a menudo como mecanismo de control y anulación del individuo, especialmente en la infancia, cuando somos más vulnerables”.

“La VERGÜENZA. es invisible, está a nuestro alrededor, casi como el aire. Si somos conscientes de ello es nuestra SOMBRA. Sucede cuando estamos bien, contentos, alegres, y algo interfiere en nuestro camino,
algo que produce un “alto” un “stop”

Entonces, se dice sentirse: abatido, cohibido, codicioso, criticado, débil, defectuoso, desalentado, desanimado, expuesto, fracaso, imperfecto, torpe, traicionado, devaluado, y/o mortificado. Experimentamos tantas otras sensaciones corporales, estados de ánimo y emociones parientes muy cercanos a la vegüenza, humillación, culpa. Toda esta experiencia en menor o mayor proporción de acuerdo al individuo” (Rakasa Lucero)
Aprender a reconocer y validar ese sentimiento, reconocer las experiencias que nos llevan a ello, y manejar la vergüenza -no eliminarla- sino desarrollar nuestras fortalezas y habilidades para aprender a afrontar situaciones o personas en donde nos sintamos humillados(as) o avergonzados(as), es un camino para vivir más plenos(as) y amorosos(as) con nosotros mismos(as).
Gracias al Centro Tara, a Ana y a Carmen por su hospitalidad. Siguen en mi corazón.