El autoplacer femenino. Tabúes sobre el orgasmo femenino

autoplacer femeninoPodría sonar algo raro o chocante celebrar  El Día Internacional del Orgasmo Femenino (8 de agosto), pero lo cierto es que desde hace 4 años, sociedades de diversos países se van incorporando a esta conmemoración. Esta fecha surgió en la ciudad de Esperantina, Brasil, a iniciativa de un concejal. Se dice que decidió implementar esta medida para compensar a su esposa por no dedicarle lo suficiente en esta área.

¿Pero el orgasmo femenino hace únicamente alusión a poder llegar a tener placer sexual con una pareja? Definitivamente no. En nuestro país sigue siendo un tabú hablar de la masturbación femenina. La sociedad patriarcal con sus instituciones como la iglesia nos ha enseñado que ésto es indecoroso o peor aún, pecaminoso; y entorno a ésto, nos han llenado de prejuicios con adjetivos negativos. Esto no sucede en el varón, donde se permite su masturbación como un medio de liberarse del estrés ¿Por qué en la mujer no?
Se enseña a las niñas a muy temprana edad a “no tocarse ahí” y ni siquiera a mirarse sus propios genitales.
Psicológicamente, masturbarse permite a una persona -independiente de su sexo- descubrir y explorar su cuerpo, sus impulsos sexuales y los motivos en los que encuentra placer, es decir, conocerse y dar salida al goce sexual que de manera natural sentimos y buscamos satisfacer.

Asímismo, diversos estudios han comprobado los efectos positivos que tiene la masturbación femenina para la salud, entre los que se encuentran:
La prevención de infecciones cervicales y en el tracto urinario gracias a que la apertura del cérvix que ocurre durante la excitación sexual hace que la mucosa cervical también se ensanche, circule más sangre y se liberen fluidos del área, lo cual barre con las bacterias que podrían encontrarse ahí.
Menor riesgos en desarrollar diabetes tipo 2.
Combate el insomnio e incrementa la fuerza pélvica.
Disminución de la migraña, jaqueca y en general dolores de cabeza, debido a que circula una mayor cantidad de sangre.
Reducción del estrés, la presión sanguínea y el dolor.
Aumenta la autoestima, ya que somos capaces de conocernos más y mejor, de comprendernos y de autosatisfacer nuestras propias necesidades.
Recordemos que la masturbación no es necesariamente una práctica solitaria. Como otros actos de pareja, masturbarse puede ser otra forma de conocer tanto la sexualidad de uno mismo como la del otro, fomentando una comunicación abierta.
Hablando de la masturbación femenina, ésta hace que seamos nosotras quienes elijamos y decidamos sobre nuestro propio cuerpo porque ello conlleva a decidir también sobre nuestra propia vida, libre de toda culpa y mejor aún, empoderarnos a nostras mismas.