De la vida y la muerte

Por María Teresa González Osorio

Una reflexión en prosa que escribí en torno a estos días en donde recordamos a los nuestros que ya han partido

Siempre la he imaginado así. Incluso cuando aún la creía muy lejana. Ahora se acerca lenta y suavemente a mí, mostrándome su rostro, un rostro dulce y sereno. Yo, que estoy postrado en esta desvencijada cama y, desde la cual veo por la ventana cómo ha llegado noviembre con sus hojas muertas y su viento frío en esta noche; un suave aroma a flor de cempoaxuchitl y copal llega a mí, ¿de dónde vendrá?
Me pregunto ¿quién soy? ¿qué he sido en esta vida? Ahora vienen mis interminables dudas, ¿Ha valido la pena haber vivido? ¿Acaso vivir no ha sido una ilusión? ¿Cerraré los ojos para despertar después a la verdad? ¿A dónde iré?
¿Estoy viviendo ésto realmente? ¿lo estaré soñando? ¿O lo estaré recordando como se recuerdan personas mucho tiempo no vistas?
Sí, eres real y estás aquí presente, tú, mujer de piel morena que has venido por mí. ¿Es ésta mi hora?
Al fin lo comprendo todo, como un telón que se abre a mi conciencia: vida y muerte son una, así como el mar y el río. Ahora abro mi corazón a la vida; ¿no habrá sido demasiado tarde?
Escucho mi respiración jadeante y sudorosa, siento en mi piel el calor de las sábanas pero un aire frío me golpea la cara. Estoy asistiendo a mi larga agonía. Mis ojos parpadean como el faro de un puerto y cuando al fin se cierren, ¿en qué mirada seguirán viviendo?
Me desplomo y mi cuerpo ya no tiene el peso de esta interminable pesadilla. Un susurro y después un silencio. La noche comienza a borrar toda mi memoria. Ahora duermo pero sé que despertaré de este sueño.

Autora: María Teresa González Osorio
Psicoterapias-online
“Otra manera de servir”

Fotografía: Cortesía de Dacel Andes en Banco de Imagenes Gratis.com