Por María Teresa González Osorio

El 28 de octubre pasado, fui invitada para presentar el guión cinematográfico: NANO, del cineasta, fotógrafo y pintor ecuatoriano Ludwing Marcelo Oviedo. Debo confesar que muy poco sé -o casi nada- del Séptimo Arte, sin embargo, supongo que por la fuerte carga psicológica que envuelve a cada uno de los personajes de esta conmovedora historia, me ha llevado a presentarla ante el público en el Instituto Cervantes de Hamburgo, en el marco de la celebración del 30 aniversario de la revista cultural Agenda Latina (Hamburgo).

Nano, un jóven que desde su niñez no ve a su padre y que, finalmente decide pasar un tiempo con él en las Islas Galápagos donde el padre es pescador. Historias que se entrelazan. Un militar Nazi refugiado en aquella isla, un sacerdote (tío de Nano) que a escondidas ha tenido una hija y de quien Nano  se enamora (sin saber que es hija de su tío) y… una historia de amor, de amistad y separaciones involuntarias.

¡Enhorabuena, Marcelo!

Estoy segura que nos identificaremos con algunos de los personajes tan complejos, como nosotros(as) mismos(as).