Por María Teresa González Osorio
Parte I
La vergonzosa situación del mundo actual es la expresión más
opuesta al acto más noble, más digno y más elevado del hombre
humano: el amor, invitado de honor de la ética.
Carlos de la Isla
Adentrarnos en el tema de la Ética y Deontología dentro de la psicología, sin duda conlleva analizar uno de los aspectos fundamentales no sólo de esta disciplina en particular sino de la Filosofía en general.
¿Qué estudia concretamente la ética? estudia “los fundamentos de la moralidad de los actos humanos, es decir, aquellos en virtud de lo cual éstos pueden ser considerados buenos o malos” (Chamarro, Andrés; Albert Gayá y otros. 2007).
Podemos entenderla también como “el conjunto de valores que gobiernan la conducta individual y colectiva los cuales orientan a las personas y a los grupos a comportarse de acuerdo con lo que se puede considerar “el bien” o “la moral”(Op.cit. p. 14).
Algunas corrientes filosóficas se cuestiona si efectivamente existe una Ética para la raza humana, dado que aquella está relacionada con la libertad. Pero ¿A qué tipo de libertad nos referimos? Se pregunta la Filosofía. “La calidad ética de una persona no se da por sus conocimientos sino por sus actos, y los actos del hombre humano son construcciones, en última instancia, de la voluntad libre. Desde la perspectiva del hombre humano, hay que decirlo una vez más, la ética es el proceso de realización, de planificación de ese proyecto maravilloso de humanidad que cada hombre está llamado a vivir con gallardía, con inmensa pasión y dignidad, con decidida libertad, por acosada que acontezca” (De la Isla, Carlos).
Por su parte, para entender la ética profesional es necesario reconocer que ésta tiene una íntima relación con la responsabilidad social. En tanto que es la Ética profesional la que posibilita llevar a la práctica los valores de responsabilidad y es la Ética la que nos ayuda a ejercerla. “Para que la responsabilidad social (RS), responsabilidad social corporativa (RSC), responsabilidad social empresaria (RSE) puedan acometerse y no sólo sean respetadas a la distancia, se necesita de profesionales que sean éticos” (Aspectos de ética profesional, 2010).
Así en la práctica, existen cinco grandes dimensiones de la ética profesional:
En la ley
En el medio ambiente y generaciones futuras.
En los Derecho Humanos
En la organización en la que se trabaja.
En la profesión que se ejerce.
Estas dimensiones estarán reguladas a través de códigos éticos o deontológicos.
La Sociedad Mexicana de Psicología refriéndose al código ético, lo entiende como “un instrumento para garantizar la protección de los usuarios de los servicios psicológicos, y para ofrecer al psicólogo un apoyo, tanto en la toma de decisiones, como en los casos en los que se enfrente a dilemas éticos”. (Sociedad Mexicana de Psicología).