Por María Teresa González Osorio

Dice la canción que interpreta Eugenia León; “Mi amor(…) es cosa de dos, donde los dos valen los mismo”.

Y aunque parezca obvio, eso de cosa o asunto de dos, no siempre lo es,  pues  en muchas parejas se dan roles que generalmente no son conscientes pero se asumen;  por ejemplo, alguien asume  el rol de ser el cuidador y el otro el cuidado. Uno asume el rol del padre o madre y el otro del hijo o hija. Uno da y otro recibe. Y aunque en Psicología aplicada esto sería una manera funcional de relación pues si ambas partes de alguna manera están de acuerdo con dicho rol, no hay problemática (aunque no significa que sea lo más nutricio o sano para la relación); el asunto se torna más complejo si uno de los dos ya no desea seguir jugando el juego mientras que el otro sigue empeñado en seguir con su papel.  Qué hacer?  conviene hacer una revisión; así como en las empresas, se detecta el problema, se afronta y se buscan estrategias de solución, con mucha más razón nuestra propia relación de pareja.

Reconocer que cada uno tiene su parte de responsabilidad, asumir compromisos personales y de pareja para hacer los cambios necesarios, aprender nuevas formas de comunicación en donde cada una de las partes identifique sus propias necesidades y aprenda a pedir y a satisfacerlas también por sí mismo; todo ello contribuirá a gozar de una  relación de pareja más igualitaria, en donde ambos sean capaces de recibir e igualmente capaces de dar.