Quién alguna vez ha tomado un papel y bolígrafo y ante la necesidad de sacar lo que guardamos dentro, hemos plasmado en esa hoja nuestro enojo, rabia, tristeza, angustia,  frustración,  y también nuestra alegría, esperanza, fuerza.

Así, nuestras emociones y sentimientos van teniendo nombre, orden, sanación, significación o resignificación.

La escritura se convierte entonces en una herramienta útil y poderosa no sólo para liberarnos y sanar heridas, sino para activar nuestra capacidad creadora; ello contribuye a darnos cuenta de nuestra propia valía como seres humanos y del poder interno que llevamos dentro.

No se escribe para hacer ensayos, novelas, crónicas o poesía, porque en sí mismo, el escribir nuestra biografía,  nuestro pasado o historia conlleva  un grado de complejidad.

No se escribe para cuidar la  gramática o la ortografía porque lo que el corazón no quiere es la Forma, sino el Fondo. Así que no te preocupes por no conocer las reglas.

Escribir para descubrirnos, para reconocernos en la palabra escrita, es  en sí  ya un Arte!! Así pues, la escritura es también una herramienta de terapia, una técnica poderosa en el Desarrollo Humano. Aumenta nuestra autoestima en la medida que nos conocemos más y autoaceptamos.

Te invito a compartir tu  palabra escrita con nosotros; una vez que cruces el pantano de la duda, te sorprenderás de toda la maravilla que llevas dentro!