Cuando estamos atentos/as a lo que perciben nuestros sentidos en lugar de subirnos al tren de los pensamientos, los juicios, las expectativas y el miedo ya no tienen cabida. Cuando estamos frente a una persona, mirando a sus ojos y ponemos nuestra atención en lo que sentimos en nuestro cuerpo, será más fácil que conectemos con esa persona que está frente a nosotros/as; cuando nos enojamos y ponemos nuestra atención en las sensaciones corporales del enojo, el enojo se irá disolviendo y descubriré que mi emoción no fue causada por la otra persona y entonces al hablarlo, será más fácil recuperar la conexión.
Cuando ponemos nuestra atención en lo que pasa en el momento, estamos actuando desde la paz, pues desde esa presencia será imposible que surja violencia, no hacia nosotros/as, no hacia los/as demás. Y así, actuando desde la paz, nos sentiremos en paz.
La presencia, el estar en el momento presente, instante a instante, es un arte, no es fácil de mantener, pero es posible. Sólo hace falta irse dando cuenta de los beneficios de ésta.
Así pues, ¿quieres ir descubriendo esta paz, quieres percibir tu conexión con los demás seres, con el cosmos entero?