El buen padre

Por Ma. Teresa González Osorio

Se ha creído que un hombre inmediatamente se convierte en padre al tener un hijo o hija, sin embargo no siempre es así. En nuestra cultura patriarcal y machista, el hombre se ha separado del proceso de la crianza. A muchos hombres ni siquiera se les ha ocurrido cambiar el pañal o bañar a su hij@, darle el biberón o la papilla. Sin embargo, está surgiendo una nueva generación de padres (varones) cada vez más comprometidos convirtiéndose no sólo en proveedores sino en compañeros de juegos, en cuidadores, en protectores, en modelos de valores. En países europeos por ejemplo, “hoy dos tercios de los papás adoptan nuevas funciones sociales; solo un tercio permanece en el clásico papel de hombre proveedor.” (En México, sigo sin encontrar datos al respecto).
La Psicología evolutiva está encontrando nuevas respuestas sobre la paternidad:

para muchos hombres, la paternidad fue un impulso importante en sus vidas para hacerse adultos,
los ha hecho más hogareños y menos egoístas,
provoca cambios fisiológicos que los hace tener comportamientos más cariñosos.

Los estudios son sorprendentes, pues hace apenas unos años se descubrió que: “a los hombres que habían participado en un curso de preparación al parto 30 días antes del nacimiento, a ellos les aumentaba la segregación de estrógenos, (hormona sexual típicamente femenina) (…) pocos días antes del parto, a ellos les subieron los valores de prolactina, hormona que en la mujer embarazada desencadena el crecimiento de las glándulas mamarias y subida de la leche después del parto. Y que también favorece, al igual que el estrógeno, las conductas cariñosas. Además, poco después del nacimiento les bajaba a ellos el nivel de testosterona (hormona que fomenta el comportamiento agresivo).”

Los estudios demuestran que “los hombres que llevan en brazos al bebé durante una hora refuerzan su constelación hormonal, (…) lo que probablemente haga que se encarguen aún más del hijo o hija.”

Pero una paternidad responsable no se queda únicamente en abrazar de manera consciente y amorosa al hijo/hija, implica además un nuevo cambio de actitud personal. Casi todos los investigadores del desarrollo coinciden en que: “dedicarle al hijo gran cantidad de tiempo y la mayor intensidad emocional posible durante los juegos y cuidados”, caracterizan a un padre comprometido. Además de demostrar calor paterno como abrazarlo y decirle que le quieres. También es importante establecer en la familia reglas claras y adecuadas, establecer una comunicación asertiva con tus hijos, saber dónde se encuentra tu hij@, asumir la responsabilidad para el bienestar físico y emocional del hijo o la hija, compartir ideas y pensamientos con tus hijos y hablar con ellos sobre cosas importantes, escuchar activamente a tus hijos (realmente escuchar lo que ellos te dicen).

Es posible desaprender viejas creencias que limitan a los varones como padres e ir aprendiendo a desarrollar una masculinidad, donde quepan los sentimientos, entonces el ser Padre se convierte en un regalo.
Fotografía: “Padre e hijo” cortesía de Loumi

Referencias:
Paulsen, Susanne, Las ventajas de disfrutar de un buen padre, Revista GEO, No. 291, 2011, Pp. 80- 91.

Paternidad Responsable, ¿qué significa ser buen padre? Universidad de Chile. 2008. Recuperado en: http://noticias.universia.cl/vida-universitaria/noticia/2008/01/23/314398/paternidad-responsable-que-significa-ser-buen-padre.html